Pacing (aplazamiento)

Pacing (modificación del ritmo de trabajo) ocurre cuando se produce un retraso en la finalización de alguna actividad de forma consciente y voluntaria. Este retraso se debe a una decisión tomada de forma contemporánea debido a un retraso concurrente con otra actividad independiente.

En situaciones en las que se produzca un retraso que no sea responsabilidad directa del contratista y que afecte a su vez genere margen de demora de otras actividades de su responsabilidad, tiene el derecho de ajustar el ritmo de trabajo. Si se toma la decisión de extender la duración de una actividad, esto consumirá el margen de tiempo disponible generado por el retraso.

Para poder justificar que el retraso en la finalización de una tarea se debe a una ralentización voluntaria es necesario avisar con antelación de esta decisión. Si esta ralentización se maneja correctamente puede suponer un ahorro de costes para el contratista y no tener ningún impacto en el cronograma del proyecto.

Retrasos concurrentes

Un retraso concurrente se produce cuando dos o más retrasos ocurren simultáneamente y tienen un impacto similar en el proyecto. En otras palabras, si cualquiera de los retrasos no hubiera ocurrido, el proyecto aún habría finalizado en la misma fecha prevista debido a que seguiría estando afectado por el otro retraso.

La demora por reducción en el ritmo de trabajo (pacing delay) causa un retraso concurrente ya que se produce al mismo tiempo que el retraso por causas ajenas al contratista. Un retraso concurrente se gestiona normalmente otorgando extensión de tiempo pero no compensable en coste.

Beneficios

La decisión por parte del contratista de reducir el ritmo de avance viene marcada por el objetivo de maximizar el beneficio. Aunque esto también puede resultar en un beneficio para el propietario. El hecho de que sea considerado un retraso concurrente (excusable no compensable) hace que se reduzcan los daños compensables al contratista.

Disrupción

Disrupción se refiere a una disminución en la productividad causada por un evento inesperado. En el contexto de un proyecto de construcción, la disrupción ocurre cuando el contratista realiza un trabajo de forma menos eficiente a lo que estaba originalmente planificado. Esta situación puede ser el resultado de diversos eventos, como interrupciones en el flujo de trabajo, cambios en la secuencia de tareas o modificaciones en el horario de trabajo.

La disrupción conlleva un aumento en las horas de trabajo de los recursos directamente involucrados en la actividad afectada. Si la disrupción es causada por el cliente, el contratista tiene derecho a recibir compensación por la pérdida de productividad. Esto puede dar lugar a reclamaciones por parte del contratista para recibir compensación por los costos adicionales derivados de la pérdida de productividad. Las reclamaciones incluyen los gastos adicionales incurridos debido al incremento de tiempo invertido por la mano de obra directa y equipamiento.

Es importante saber diferenciar entre disrupción y retraso. Un retraso se corresponde con la demora en la fecha de finalización de un trabajo mientras que disrupción se corresponde con una perdida de productividad en la realización de algún trabajo. Sin embargo, un retraso puede ser la causa de una disrupción y viceversa.

Cuando el coste de la mano de obra y maquinaria supera lo planificado una reclamación por disrupción es una opción para intentar recuperar los costes por la productividad perdida. Es necesario considerar primero si el plan original era realista. En caso de no serlo no se podría utilizar para medir el efecto de la disrupción.

Reclamaciones

Para probar cualquier reclamación es necesario disponer de soporte documental contemporáneo y fiable. En el caso de una reclamación por disrupción, el contratista debe aportar las siguientes evidencias o documentación:

  • El progreso de las actividades que han sido afectadas.
  • Periodos de trabajo impactados y no impactados por los eventos disruptivos.
  • Equipamiento y mano de obra adicional implementado en las actividades afectadas.
  • Evaluar la diferencia entre lo planificado y lo ejecutado o preferiblemente entre periodos no afectados y afectados.
  • Los eventos que han generado la pérdida de productividad.

Resulta por tanto de gran importancia generar y mantener información contemporánea de calidad desde el inicio hasta el final del proyecto. Una reclamación por disrupción se considera difícil de establecer, cuantificar y probar. Sin embargo, esto es así debido principalmente a la incapacidad de los contratistas de generar y mantener suficiente información durante el transcurso del proyecto.

La pérdida de productividad no es identificada normalmente cuando se produce sino cuando se encuentran grandes diferencias ente los costes reales y planificados. La clave para poder realizar una reclamación exitosa es “records, records and records”.

El incumplimiento por parte del contratista de las disposiciones de notificación estipuladas en el contrato puede resultar en el rechazo de la reclamación. Es una buena práctica establecer un procedimiento para recopilar la información necesaria y presentar las notificaciones pertinentes. Las consecuencias del evento siempre serán objeto de disputa, pero el registro del evento nunca debería estar en cuestión.

Eventos disruptivos

Los eventos que pueden impactar en la productividad y generar interrupciones son diversos dependiendo del tipo de proyecto, gestión o localización entre otros muchos. Algunos ejemplos son:

  • Patrones de trabajo irregulares.
  • Dificultad para acceder al tajo.
  • Espacios de trabajo densamente poblados.
  • Horarios de trabajo prolongados.
  • Falta de supervisión de calidad.
  • Mala comunicación entre los trabajadores.
  • Realizar trabajos fuera de secuencia.
  • Respuestas lentas a solicitudes de información (RFIs).
  • Escasez o retraso en la entrega de materiales.
  • Ordenes de cambio

Metodologías

Metodologías comunes para cuantificar la perdida de rendimiento (disrupción) en un proyecto de construcción:

  • Análisis del valor ganado.
  • Análisis de la milla medida.

Costes

Habitualmente los trabajos afectados por eventos disruptivos son actividades sub críticas que quedan fuera del camino crítico y por tanto fuera de un análisis de retrasos. Negociar una extensión de tiempo no permite recuperar las perdidas asociadas a las actividades afectadas por la disrupción.

Es importante conocer la diferencia entre un retraso y un interrupción. Un retraso se utiliza generalmente para referirse a una demora en la fecha de finalización, lo cual presupone que la actividad formaba parte de la ruta crítica. Una interrupción del progreso puede o no causar un retraso en la finalización del proyecto pero resultara en mayores costes directos.

De forma sencilla, una reclamación de extensión de tiempo libera de la carga de los “liquidated damages” y otorga los gastos asociados a recursos indirectos y gastos generales. Sin embargo, para recuperar los mayores costes producidos por recursos directos es necesario realizar una reclamación por disrupción.